lunes, 2 de diciembre de 2013

ANFIBIOS, SER O NO SER

Le pregunté a mi abuelo por qué las ranas son así.
-¿Así cómo?- dijo el abuelo.
- Así, así... Graciosas, felices, que andan por el agua, y andan trepando paredes y saltan y saltan siempre.
El abuelo me dijo que son así porque son anfibios. – Anfibios, ¿qué es lo que es eso?
-Significa “ambas vidas” o “ambos medios”- me dijo él con su voz rasposa.
-¿Y son felices así?
-Sí Alan, las ranas son felices, en sus ojitos te das cuenta.
A veces me entiendo con el abuelo.


Papá tiene un trabajo que dice que es bueno, mamá dice lo mismo del suyo. A la mañana me cuida Antonia y yo le cuido a Sauce, mi perro grandote. Mi mamá viene al medio día para comer, a papá le veo solo a la noche, él mira tele mientras cenamos y se acuesta a descansar después.
Yo siempre juego con los juguetes, si quiero un juguete nuevo le digo a Antonia o a mi mamá y después me traen, me pone un poco contento eso… Pero a veces nada me pone contento, me duele la panza y quiero llorar mucho, y lloro mucho. No me duele por algo que comí, ni lloro por algo en especial, no sé bien porque lloro.
La otra noche, mientras papá cenaba, yo le miré mucho y cuando él me miró sus ojos estaban apagados, sin ganas de mirar, estaban tristes, y me dio dolor de panza y lloré, lloré hasta que me dormí esa noche.

El domingo, después de comer, fui a sentarme con el abuelo. Le dije que estaba pichado porque a veces me duele el estógamo y lloro hasta que me arde el ojo. El viejo me miró y pregunto por qué.
-Creo que papá está triste.
-¿Por qué crees eso?
-Sus ojos me dijeron eso.
El abuelo me dio un abrazo fuerte, re fuerte.
-¿Por qué papá está siempre trabajando?- le pregunté como pude mientras el viejo me estrujaba con el abrazo.
-Él trabaja porque eso es importante- me contestó.
-¿Yo soy importante?
-Lo más importante del mundo.
-¿Y por qué papá no está todo el día conmigo entonces?
-Porque tiene que trabajar para que vos tengas todo, enano.
-¿Que es todo?
-Tu papá trabaja para que vos tengas comida, casa linda, juguetes… ¿O acaso no querés tener juguetes?
-Yo dejaría todos mis juguetes para jugar con papá, pero nunca jugué con él. Me parece que no sabe jugar mi papá.
Me volvió a dar un abrazo el abuelo y me dijo:
-Mirá Alan, sé que sos muy chiquito pero te lo voy a decir igual. Cuando crezcas y tengas un trabajo, que sea uno que ames y te dé tiempo para disfrutar de la gente que querés y de lo que te hace bien. No seas como el abuelo o papá, que por un lado tienen el trabajo y las obligaciones y por otro la familia, los amigos y lo demás. No pudimos vivir contentos ambas vidas.
Yo escuchaba nomas.
-Vos gurí… Vos tenés que vivir feliz ambas vidas, que son una en realidad.
-¿Como las ranitas, que son anfibios y viven felices ambas vidas, que son una en realidad?
Y mi abuelo me abrazó más fuerte.
A veces me entiendo con el abuelo.
                                                                                                Por Damián Reinero

1 comentario:

  1. Muy fuerte...
    Me encanto!
    El arte de ser padres no debe ser fácil y dicen que no existe manual de como proceder, pero creo que uno elige... para tener en cuenta la ranita a la hora que nos toque...

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